La geografía premoderna

lunes, 6 de diciembre de 2010

La geografía antigua: Grecia y Roma

La cultura griega es la primera en desarrollar un conocimiento ordenado sobre un conjunto de fenómenos que atañen, en sentido amplio, a la Tierra. Esta descripción de la Tierra, desde la antigüedad, ha podido entenderse de dos formas: bien como descripción y estudio de toda la Tierra en cuanto cuerpo físico y celeste, o bien como descripción y estudio de alguno de sus territorios, incluyendo en éstos tanto sus características físicas (ríos, montañas…) como los pueblos que los habitaban. Existe así desde la Grecia clásica una perspectiva general y otra particular o regional, la primera más próxima a la matemática, a la astronomía y a la cartografía y la segunda a la historia, a la política y a lo que hoy se entiende por etnografía.
Es en Mileto donde los conocimientos que podrían calificarse de geográficos comienzan a sistematizarse y a tratarse de un modo más metódico y racional. Los periplos o descripciones de las costas realizadas por los marinos se convierten en una fuente de conocimiento fundamental. Anaximandro de Mileto (610-547 antes de nuestra Era) elaboró, seguramente, uno de los primeros mapas del mundo conocido por los griegos, además de varios cálculos sobre los equinoccios y solsticios. Hecateo de Mileto (entre los siglos VI y V antes de nuestra Era) mejoró el mapa de Anaximandro y escribió sobre las costas y pueblos que bordeaban el Mediterráneo. Heródoto de Halicarnaso (484-425 a. E.) realizó varios viajes que le acercaron a los confines del mundo conocido por los griegos. En su Historia describe con gran detalle territorios como Egipto,Persia o Asia menor.
Eratóstenes de Cirene (275-194 a. E.) es considerado propiamente como el “padre de la geografía”, pues fue el primero en acuñar el término, aplicándolo a una de sus obras (Hympomnemata geographica). Para Eratóstenes este término identificaba el objetivo esencial de su trabajo, la elaboración de una representación gráfica del mundo conocido, es decir, lo que hoy se entiende por cartografía. Partía para ello de la búsqueda de las dimensiones de la Tierra, tarea que llevo a cabo con sorprendente aproximación. Estrabón (60 a. E.- 21 d. E.) realizó en cambio una geografía plenamente corográfica o regional. Estrabón recoge de forma sistemática un gran número de informaciones acumuladas sobre los diversos territorios de la ecúmene. Su obra tenían un claro fin práctico pues interesaba sobre todo, “para los fines de gobierno”. Estrabón identificaba los distintos territorios y los caracterizaba de acuerdo a sus rasgos físicos, étnicos y económicos. En esta misma línea, Pomponio Mela (siglo I a. E.) realizó su obra Chorographia donde relata diversos viajes por las costas conocidas de la época describiendo las características físicas y humanas de los diversos territorios. Claudio Ptolomeo (90-168 d. E.), astrónomo y matemático realizó también una obra geográfica, Geographike hyphegesis. Esta obra se sitúa en la tradición de la geografía matemática y cartográfica. Proporcionaba tablas de posiciones que permitían realizar un mapa de la Tierra basado en la longitud y latitud de los lugares. También realizó cálculos sobre la dimensión de la Tierra.

La geografía en la Edad Media

Mapamundi perteneciente al Libro de Rogelio orientado al Sur, que perteneció a Al-Idrìsì.
Durante la Edad Media el conocimiento geográfico, al menos en las sociedades europeas, se vio prácticamente interrumpido con la decadencia y desaparición del Imperio romano. Dominó una cosmografía religiosa en la que la Tierra se representaba como un disco circular y los continentes (África, Europa y Asia) se disponían en forma de T con centro en Jerusalén. En las sociedades árabes en cambio, se conservaron en gran medida los conocimientos clásicos. Las necesidades de gobierno y el activo comercio dentro de los territorios árabes facilitaron la recopilación de nuevos datos geográficos. Estos datos fueron sintetizados por grandes viajeros como Ibn Batuta, Ibn Jaldùn o sobre todo Al-Idrìsì (1099-1180) que realizó El libro de Rogerio donde reunió gran número de informaciones sobre las tierras conocidas y sobre diversos lugares, capitales y ciudades.

La geografía en los siglos XV al XVIII

El siglo XV representa un cambio radical en las condiciones de desarrollo de los conocimientos geográficos. Se recuperaron los conocimientos clásicos y además se conocieron nuevos territorios y pueblos. Autores muy distintos intervienen en la labor descriptiva de estos nuevos territorios. El modelo que se sigue es el proporcionado por Estrabón, cuya obra Geographiká se redescubre y se reedita. Al mismo tiempo fue necesario modificar también la imagen cartográfica del mundo. Juan de la Cosa es el primero que recoge en su mapa las tierras americanas conocidas del área del Caribe (1500). Además la obra de Ptolomeo es corregida y ampliada y posteriormente superada por el Atlas de Mercator (1595) que encontró también nuevas soluciones al problema de proyectar la superficie esférica de la Tierra en una superficie plana.
En el siglo XVII, la geografía tuvo un lugar destacado en la revolución científica que sentó las bases de la ciencia moderna. La geografía como ciencia que se ocupaba de la descripción y de la representación cartográfica de la Tierra, formaba parte de las matemáticas. Era una ciencia matemática mixta al igual que la astronomía o la óptica. La Geografía General en la que se explican las propiedades de la Tierra de B. Varenio publicada en 1650 representa muy bien esta concepción. Según Varenio la geografía es “la ciencia matemática mixta que explica las propiedades de la Tierra y de sus partes”. Varenio dividía la Geografía en General y Especial, estudiando la primera la Tierra como cuerpo físico y celeste y la segunda “la constitución de cada una de las regiones”. En cada región Varenio consideraba tres tipos de propiedades: las celestes (la distancia del lugar desde el Ecuador y desde el polo, la inclinación del movimiento de las estrellas sobre el horizonte en el lugar, la duración del día más largo y más corto…), las terrestres (límites, montes, aguas, selvas y desiertos, animales…) y las humanas (trabajos y técnicas de la región, costumbres, formas de expresarse, ciudades…).
A lo largo del siglo XVIII se produce el desarrollo de las ciencias especializadas de la Tierra, lo que supuso una pérdida de contenido para la geografía como ciencia general. La geología, la botánica y la química pasan a estudiar problemas que antes eran objeto de la geografía general. Al mismo tiempo, el aumento en la complejidad de las tareas cartográficas dio lugar a la aparición de corporaciones profesionales especializadas, con lo que la geodesia y la cartografía se configuran también como disciplinas independientes. La geografía, en definitiva, se divorcia progresivamente de las disciplinas matemáticas y el geógrafo se identifica con las tareas corográficas de descripción de países y regiones.

Los antecedentes de la geografía moderna

La primera mitad del siglo XIX será fundamental para el desarrollo de la geografía moderna y para su institucionalización universitaria. Varios autores han señalado diversas condiciones de posibilidad en su desarrollo:
  • Los viajes de exploración que proporcionaron todo un caudal de nuevos datos y experiencias.
  • La expansión colonial europea, muy vinculada con las sociedades geográficas que popularizaron los conocimientos geográficos y crearon un estado social de opinión favorable hacia la geografía.
  • El desarrollo del nacionalismo, que dará a la disciplina una función social y política vinculada a la consolidación del sentimiento nacional.
  • La elaboración de los proyectos conceptuales para la geografía desarrollados por Humboldt y Ritter.
  • El reconocimiento de la geografía como una disciplina escolar que conllevará la creación de cátedras de geografía para formar profesores.
Para algunos autores (como H. Capel) es esta última condición el factor principal en el desarrollo de la geografía a finales del siglo XIX.
Carl Ritter, catedrático de Geografía en la universidad de Berlín.
Alejandro de Humboldt (1769-1859) será reivindicado posteriormente como uno de los fundadores de la moderna geografía, aunque es dudoso que él se considerara a sí mismo como geógrafo. Humboldt pretendía fundar lo que él mismo denomina como “Descripción física de la Tierra”, es decir, lo que hoy se entiende como una geografía física integrada. Una disciplina capaz de integrar los distintos elementos del mundo natural. Este proyecto se plasmará en su gran obra Cosmos.
Carl Ritter (1779-1859) por su parte esbozará un proyecto muy diferente. Ritter ocupó un puesto de catedrático de geografía en la Universidad de Berlín desde 1820 hasta su muerte. Su obra principal la Geografía General Comparada constaba de 21 volúmenes con una ingente masa de informaciones. Para Ritter el objetivo de la geografía científica es “la organización del espacio en la superficie terrestre y su papel en el devenir histórico (del hombre)”, un proyecto que se situaba en el marco de la tradición intelectual alemana de la filosofía de la historia desarrollada por Herder y Hegel.
La obra de ambos autores aún teniendo gran importancia y ejerciendo una fuerte influencia posterior en muchos geógrafos, no tuvo continuidad en el tiempo. Autores como Paul Claval han señalado el fuerte retroceso que experimento la investigación geográfica entre la muerte en 1859 de estos dos grandes intelectuales y la década de 1870 cuando comienzan a crearse múltiples cátedras de geografía en Alemania.

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